Ministros durante el primer tercio del S.XIX

Cea Bermúdez
Tras una primera época como Secretario de Estado español que duró desde el 11 de julio de 1824 hasta el 24 de octubre de 1825, fue llamado de nuevo por el rey Fernando VII tras una serie de disturbios para que volviese a ese cargo el 1 de octubre de 1832 y gracias a su mediación se promulgo la Pragmática Sanción que anulaba la Ley Sálica dejando como heredera a Isabel II.
Además de la promulgación de la Pragmática Sanción durante su gobierno:
—Reabrió las universidades
—Dió una amnistía a los liberales
—Hizo una depuración el ejército para acabar con los carlistas
—Renovó los ayuntamientos.

Martínez de la Rosa
Fue encarcelado durante el reinado de Fernando VII y recuperó la libertad durante el Trienio Liberal en el cual asumió el liderazgo de la rama más moderada de los liberales e incluso encabezó el gobierno como ministro de Estado en 1822.
Tras la Sublevación de la Guardia Real en 1822, presentó su dimisión. Tras su caída asumió el gobierno de los exaltados mientras que Fernando VII veía fracasar sus intentos de recuperar el poder absoluto y decidía recurrir a la intervención de la Santa Alianza que se haría efectiva con la intervención del ejército francés de los Cien Mil Hijos de San Luis reestableciendo la monarquía absoluta en octubre de 1823.

Conde de Toreno
Cuyo nombre de pila es José María Queipo de Llano y Ruiz de Sarabia. Fue uno de los grandes impulsores de la Constitución de 1812 y el principal defensor de un texto constitucional no muy diferente del francés de 1791. Era un auténtico revolucionario que quería limitar el poder del Rey fomentando la división de poderes.
Toreno se exilia en Londres al llegar Fernando VII otra vez al poder tras el golpe de Estado del general Elio, allí se entera de que Fernando VII le había condenado a muerte y confiscado sus bienes por rebelde.
Tras la muerte del rey y el paso de Mendizábal como presidente, ocupó la Presidencia del Gobierno el 7 de junio de 1835 durante apenas tres meses en la convulsa situación de la regencia de María Cristina con los levantamientos liberales en toda España.

Mendizábal
Fue masón del "Taller Sublime" de Cádiz junto a Francisco Istúriz y Antonio Alcalá Galiano.
En 1834 el conde de Toreno le invitó a volver a España y fue nombrado ministro de Hacienda alcanzando la Presidencia del Gobierno en lugar de Toreno el 25 de septiembre de 1835.
Realizó la llamada Desamortización de Mendizábal, basada en la cesión de las propiedades improductivas y el poder de la iglesia y las órdenes religiosas a las manos de la oligarquía terrateniente. El procedimiento seguido para evitar que las propiedades pasaran al pueblo fue el subastar las propiedades en grandes bloques que los pequeños propietarios no podían costear. Fue depuesto por orden de la Regente el 15 de mayo de 1836.
Otra reforma importante fue la redención de quintas, con la que daba oportunidad a los burgueses de pagar si no querían que sus hijos fuesen al servicio militar y por concluyente a la guerra

Istúriz
Tras exiliarse en Inglaterra retornó a España y dejó su ideología exaltada lo que le valió que la Regente María Cristina de Borbón viuda de Fernando VII, le confiara la Presidencia del Gobierno. En sus tres meses en el cargo disolvió las Cortes, pero el motín de la Granja de San Ildefonso forzó su destitución y la Regente se vió obligada a rehabilitar la Constitución de 1812.

TRATADO DE FONTAINEBLEAU y MOTÍN DE ARANJUEZ

Ambas cuestiones históricas están narradas como si de una de las conocidas preguntas cortas se tratase, sus antecedentes, el hecho y sus consecuencias.
TRATADO DE FONTAINEBLEAU
En 1806, tras fracasar el intento de invasión francesa de Gran Bretaña, Napoleón decreta el Bloqueo Continental, que prohibía el comercio de productos británicos en el continente europeo. Portugal, aliada tradicional, se niega a acatarlo y Napoleón decide su invasión.

Napoleón Bonaparte y Manuel Godoy

El 27 de octubre de 1807, Manuel Godoy, valido de Carlos IV, firma con Gérard Duroc, representante de Napoleón, el Tratado de Fontainebleau. El objetivo era: la invasión militar conjunta franco-española de Portugal y se permitía para ello el paso de las tropas francesas por territorio español, siendo así el antecedente de la posterior invasión francesa de la Península Ibérica y de la Guerra de la Independencia.
Conforme al tratado, una vez invadido Portugal, éste sería dividido en tres zonas: el norte sería entregado, con el nombre de Reino de Lusitania Septentrional, al antiguo rey de Etruria, Carlos Luis I de Borbón, sobrino de Fernando VII, en compensación por sus territorios italianos entregados a Napoleón. La zona centro se reservaría para un posible cambio por Gibraltar y la isla de Trinidad, en manos de Gran Bretaña. La zona sur pasaría a Godoy y su familia como Principado de los Algarves. En cuanto a las colonias, su división entre Francia y España se dejaba para un acuerdo posterior.

A los pocos días, las tropas españolas habían tomado gran parte de Portugal quedando así fuera de territorio español las tropas más operativas de su ejército. Por su parte, el ejército expedicionario francés entraba en Lisboa el 30 de noviembre. El día anterior, la familia real portuguesa, encabezada por el Príncipe Regente y otras quince mil personas, habían salido hacia Brasil, donde quedaría fijada la Corte.

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MOTÍN DE ARANJUEZ
La presencia de tropas francesas en España, sin embargo, siguió aumentando y el pueblo comenzó a observarlas como algo amenazante, pues en lugar de continuar transitando hacia Portugal fueron ocupando, sin ningún respaldo del Tratado, diversas localidades como Burgos, Salamanca, Pamplona... El total de soldados franceses en España ascendía a unos 65.000.
En marzo de 1808, temiéndose lo peor, la familia real se retiró a la localidad de Aranjuez para, en caso de necesidad, seguir camino hacia el sur, hacia Sevilla y finalmente, embarcarse para América.

El 17 de marzo de 1808 se produjo el Motín de Aranjuez, una conjura aristocrática manifestada en forma de movimientos populares violentos instigada por Fernando VII y sus partidarios, que provocó la caída de Godoy, la abdicación de Carlos IV y la subida al trono de Fernando VII. Madrid es ocupada por las tropas francesas que son recibidas por Fernando como aliadas, confiando todavía en que Napoleón cumpliría el Tratado de Fontainebleau.

Carlos IV y Fernando VII

Pero el emperador ya había advertido que en España existía un claro vacío de poder político. Tras convocar a padre e hijo a Bayona, adonde llegó Fernando el 20 de abril, y sus padres, Carlos IV y María Luisa de Parma, el 30 de abril, obtuvo de ellos la abdicación a su favor, el 5 de mayo de 1808, tras lo cual cedió la Corona a su hermano José I Bonaparte.